Las autoridades de Filipinas defienden su imagen tras las investigaciones en Australia sobre la posible conexión de los tiradores de Bondi Beach con extremistas, asegurando que no hay evidencia de entrenamiento terrorista en su país.
Este evento es crucial porque pone de relieve las preocupaciones sobre el terrorismo y la seguridad en Asia, especialmente en el contexto de la lucha global contra el extremismo. La respuesta de Filipinas podría influir en su reputación internacional y en la cooperación con Australia en temas de seguridad.