Drones atacaron el puerto en Temryuk, Rusia, causando daños significativos a la infraestructura petrolera y provocando una conflagración en la noche del 4 al 5 de diciembre.
Este ataque resalta la vulnerabilidad de la infraestructura crítica en Rusia y podría intensificar las tensiones en la región, reflejando el impacto de la guerra en la economía y la seguridad energética. La situación también podría influir en las decisiones estratégicas de las autoridades rusas respecto a su defensa y operaciones militares.