China implementará un impuesto al valor agregado sobre los anticonceptivos, buscando incentivar la natalidad tras décadas de políticas de control de la población, lo que podría afectar la salud reproductiva.
Este cambio en la política fiscal de China refleja una transición significativa en su enfoque hacia la natalidad y la salud reproductiva, lo que podría tener repercusiones en la planificación familiar y en la calidad de vida de las familias chinas. La medida despierta preocupaciones sobre el acceso a productos de control de la natalidad en un contexto de cambios demográficos críticos.